Tras un encuentro en París, el presidente de Francia y el primer ministro italiano ven "progresos significativos" en las últimas semanas y aseguran que van a hacer todo lo que sea necesario para que las medidas del último Consejo Europeo, celebrado en junio, se apliquen.
El mensaje de Hollande: "Que la zona euro será defendida, preservada y consolidada y que podamos trabajar en su integración".
Horas antes de viajar a la capital gala, Mario Monti incluso se ha atrevido a hablar de "una luz al final del tunel para su país y el resto de Europa."
Mientras Alemania sigue sin dar claros signos públicos, el tecnócrata italiano continuará su minigira europea en Finlandia, este miércoles, uno de los países más reticentes al uso del fondo de rescate europeo permanente para comprar deuda de los países bajo presión. Y al día siguiente, España, el otro gran socio en apuros.
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