Un día después de que el presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso pidiera "resultados" en Atenas, los expertos del FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo, han reclamado al primer ministro heleno, Andonis Samarás, que cumpla a rajatabla el plan de austeridad comprometido en febrero, haciendo oídos sordos a la petición griega de que se suavicen las condiciones del rescate financiero. En una lacónica declaración, el portavoz del Gobierno heleno, Simos Kedikoglou, dijo que "el primer ministro ha sido informado por la troika de la medidas que deben tomarse para encarrilar el programa griego".
"En mi opinión lo que muy importante es que los mercados tengan la garantía de que la coalición de Gobierno griega va a estar ahí, dispuesta a aplicar las medidas y que no va a haber sorpresas. Y creo que eso es lo que va a ocurrir", dice el analista financiero Thodore Krintas.
"El paquete de medidas es cada vez más pesado", titulaba este viernes el diario financiero Naftémporiki, refiriéndose a la nueva cura de austeridad de 11.500 millones de euros, que implicará más recortes en pensiones y gasto sanitario.
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